El roster de los Sultanes de Monterrey luce cargado de nombres de peso en el infield, pero no todos parecen tener sitio asegurado para el arranque de la temporada 2025. Christian Villanueva, quien llegó con credenciales de Grandes Ligas, es uno de los jugadores que hoy genera más dudas. Con Josh Lester afianzándose como titular en tercera base por su solidez defensiva, Villanueva parece haber perdido terreno en la competencia.
La situación se complica más si sumamos a Roberto Valenzuela, Ramiro Peña, Esteban Quiroz y Tito Valenzuela, todos con experiencia y nivel de titular. Para algunos, como Tito, la única forma de entrar en el lineup podría ser cambiar de posición. “Por su estatura y bateo, deberían probarlo en primera base”, se comentó en una reciente emisión de Béisbol Sin Fronteras, haciendo referencia a su ofensiva como un valor que Monterrey no debería desaprovechar. Sin embargo, en esa posición también están Víctor Mendoza, Azael Sánchez y hasta Sebastián Elizalde, que la ha cubierto en el invierno.
La exigencia de Roberto Kelly, manager de los Sultanes, es clara: quiere defensa de élite y velocidad en las bases. Bajo ese criterio, Gustavo Núñez es inamovible en el campocorto. Su combinación de guante seguro y dinamismo en los senderos lo ha convertido en titular indiscutible. Con Núñez firme como segundo bate, Tapia ha asumido el primer turno ofensivo, desplazando a Peña a zonas más bajas del orden al bat.
La acumulación de talento ha generado una situación incómoda: algunos jugadores deberán aceptar roles secundarios o incluso quedar fuera del roster inicial. La figura del bateador designado podría ser una válvula de escape para darles turnos a estos peloteros, pero con tantos nombres compitiendo, incluso ese espacio es limitado.
Con este panorama, Sultanes no solo enfrenta el reto de elegir a sus mejores hombres, sino también de mantener la armonía en un clubhouse lleno de aspirantes con méritos reales para jugar. ¿Podrá Kelly tomar las decisiones correctas sin afectar el ambiente interno?
