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Ligas Mayores (MLB)

El novato Christian Villanueva acapara récords para mexicanos y de los Padres

Christian Villanueva debutó en las Grandes Ligas hace apenas nueve meses, pero ya está acostumbrándose a implantar récords.

El antesalista de los Padres sacudió otro jonrón el pasado miércoles 20 y fue, casualmente, el número 20 de su naciente carrera, contando la breve pasantía arriba que tuvo el año pasado. Con eso, se convirtió en el mexicano que más rápidamente ha llegado a las dos decenas de cuadrangulares en las Mayores, un suceso que es un premio para quien tanto esperó por esto.

Villanueva no es un niño. Cumplió 27 años de edad el día antes de sacudir su vigésimo tablazo de vuelta completa. Y esta producción, que tanto celebran en San Diego, es la cristalización de aquellos reportes de los scouts que le detectaban como un potencial toletero, cuando daba sus pasos iniciales en las granjas de los Rangers, primero, y de los Cachorros después.

Ha pasado mucho desde eso, cuando este nativo de Guadalajara atemorizaba a los pitchers contrarios en ligas como la del Sur o la del Atlántico Sur.

Todavía es novato. La larga espera por su graduación no le quitó esa condición, que solamente se pierde con el tiempo de servicio, los turnos al bate o los innings lanzados. Apenas ahora superó las 250 visitas al home, pero ya no hay manera de sacarlo del lineup.

Cada bambinazo que sacude es una marca para el béisbol de su país. Gerónimo Gil conectó 12 vuelacercas en 2001 para imponer un registro entre los novatos mexicanos en una temporada. El ex receptor desplazó a un legítimo aporreador, Erubiel Durazo, quien había sacado 11 en 1999. Pero el tercera base de los californianos ha eclipsado aquellas campañas.

Villanueva llegó a 16 en este campeonato con el bombazo que soltó la noche antes de su cumpleaños. El 20 de mayo había igualado la docena de Gil, cuando no se cumplía el segundo mes del torneo, y desde entonces ha ido aumentando un tope que amenaza con llevar a sitios no imaginados por sus compatriotas.

Los grandes exponentes del poder nacidos en México palidecen ante este tapatío que ha desafiado la fama del Petco Park, un espacioso estadio que favorece a los lanzadores y donde él ha desaparecido dos terceras partes de las bolas que ha puesto en órbita: allí se agenció 13 de sus primeros 20, contando desde su llegada a MLB en septiembre.

El motor de búsqueda de Basebal Reference permite precisar cuántos jonrones consiguió cada forzudo cuando tuvo condición de novato, sin importar que haya sido en diferentes justas. Durazo totalizó 11, Karim García 10 y Vinny Castilla nueve.

Ni siquiera Adrián González, nacido estadounidense pero mexicano por sangre y elección, además de ser una estrella del Tri en el Clásico Mundial, puede compararse con Villanueva. El inicialista, que no pierde la esperanza de alcanzar a Castilla como el número uno de todos los tiempos entre los ligamayoristas mexicanos, consiguió siete cuadrangulares en sus tiempos como recluta, incluyendo los seis que largó en 2005.

El comienzo de este paleador derecho es uno de los más notables que registre la expedición latinoamericana en las Grandes Ligas. Sólo un puñado de jugadores del área tenían 20 bambinazos al llegar a 75 compromisos en las Mayores: apenas el dominicano Albert Pujols y el puertorriqueño José Cruz hijo con 20, el quisqueyano Gary Sánchez con 24 y el cubano José Abreu con 27. El también el cubano José Canseco se quedó en 18 y el legendario boricua Orlando «Peruchín» Cepeda, miembro del Salón de la Fama, sonó 16.

No está nada mal para un infielder que prometía tantas cosas cuando, a los 20 años de edad, dio 30 dobletes y 17 vuelacercas en Clase-A en el 2011, y que en el 2013 aumentó esa cosecha a 41 y 19, al actuar en Doble-A.

A Villanueva se le hizo muy largo el camino, después de eso. Disputó casi 1.000 juegos entre las Menores y la Liga Mexicana del Pacífico, antes de por fin estrenarse en las Grandes Ligas. Pero desde que eso sucedió, acumula estadísticas de aplauso.

Ningún pelotero en la historia de los Padres sacó tantas pelotas del campo en sus primeros 75 choques con ese uniforme, un privilegio que acaba de arrebatarle a Ryan Schimpf, quien logró 19 y ahora persigue la marca para un novato de San Diego en una temporada, en poder de Hunter Renfroe, con 26.

Parece que Renfroe disfrutará por muy poco tiempo de ese sitial. El guardabosque le arrebató el registro a Nate Colbert, quien desapareció 24 bolas en 1969, en la primera justa disputada por los religiosos en la Liga Nacional. Pasó casi medio siglo para que al fin cayera esa marca, pero Villanueva parece dispuesto hoy a quedarse con todos los récords

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