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Ligas Mayores (MLB)

El Lado Oscuro del Liderazgo: El Polémico Episodio de Machado en la NLDS

Manny Machado muestra su doble faceta en el Juego 2 de la NLDS: líder emocional del equipo, pero también provocador con su polémico lanzamiento. ¿Será esto un indicio de lo que vendrá en el resto de la serie?

Durante el Juego 2 de la Serie Divisional de la Liga Nacional entre los San Diego Padres y Los Angeles Dodgers, el comportamiento de Manny Machado desató una nueva polémica que reabrió viejos debates sobre su rol como líder y su tendencia a ser un jugador provocador. A lo largo de su carrera, Machado ha sido criticado por su actitud dentro y fuera del campo, pero el incidente más reciente ha puesto en la balanza dos versiones de él: el líder emocional del equipo y el jugador que no teme en recurrir a tácticas cuestionables.

El episodio comenzó en la séptima entrada, cuando los fanáticos de los Dodgers en el Dodger Stadium lanzaron objetos al campo, incluidos bates de béisbol y latas de cerveza, lo que provocó una breve interrupción del juego. En medio de la confusión, Machado se destacó como una figura visible en la banca de los Padres, reuniendo a sus compañeros de equipo y alentándolos a mantener la calma y concentrarse.

“Manny ha recibido muchas críticas a lo largo de su carrera, pero lo que vimos esta noche en ese momento fue el acto más visible y poderoso de liderazgo en su carrera”, comentó un periodista durante la transmisión del juego en Fox Sports.

Machado convocó a una plática durante el juego para que sus compañeros mantengan el enfoque y no se dejen llevar por el ambiente en el juego 2

Sin embargo, lo que en un principio parecía un gesto de liderazgo maduro se empañó por otro incidente en el que Machado lanzó una pelota hacia el dugout de los Dodgers, la cual impactó en la red de protección frente al manager Dave Roberts. Aunque el lanzamiento no golpeó a nadie directamente, la acción fue lo suficientemente fuerte como para llamar la atención de los jugadores y los árbitros. Varios miembros de los Dodgers, incluido Roberts, calificaron el acto como “desestabilizador e irrespetuoso”. A pesar de esto, algunos dentro del equipo de Los Ángeles comentaron que no creían que Machado tuviera la intención de herir a alguien, sino más bien enviar un mensaje de advertencia.

Machado, por su parte, no se mostró arrepentido. Al ser cuestionado por la prensa después del juego sobre la intensidad de su lanzamiento, respondió sarcásticamente: “¿Flaherty no lanzó la pelota con fuerza contra nuestro chico?”, en referencia al pelotazo que recibió Fernando Tatis Jr. por parte del lanzador de los Dodgers, Jack Flaherty. A pesar de que la acción de Flaherty no parecía ser intencional, Machado reaccionó de manera provocadora, una faceta de su carácter que muchos ya conocen.

Este comportamiento ha sido un patrón en la carrera de Machado. Desde su incidente con Josh Donaldson en 2014, cuando desencadenó una pelea después de una etiqueta brusca, hasta la serie de controversias que protagonizó en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en 2018 con los Dodgers, donde fue acusado de jugar sucio. Incluso en 2017, una dura entrada suya fue señalada como la causa que puso fin a la carrera de Dustin Pedroia, avivando las críticas hacia su estilo de juego.

Lo cierto es que, aunque Machado ha madurado en varios aspectos, como lo demostraron sus palabras de elogio hacia Flaherty por su competencia en el campo, sigue siendo un jugador que no teme en adoptar el papel de villano. Este último incidente solo refuerza esa imagen. La pregunta ahora es si los Dodgers buscarán revancha en el Juego 3, que se disputará en Petco Park, el estadio de los Padres, donde los fanáticos de San Diego seguramente estarán ansiosos por ver a sus héroes, especialmente tras los incidentes del Juego 2.

Este es un equipo de los Padres que ha demostrado ser mucho más cohesivo que en años anteriores, con figuras como Fernando Tatis Jr. y Jurickson Profar, que no temen provocar reacciones. Sin embargo, es innegable que Machado sigue siendo el centro emocional del equipo. Mientras que su liderazgo ha evolucionado, como se vio en la reunión en el dugout, sigue habiendo un lado de su personalidad que lo lleva a actuar de manera controvertida.

El verdadero desafío para los Padres será mantener la cohesión y no perder el foco en lo que mejor hacen: jugar al béisbol agresivo y eficaz. Aunque Machado asuma el rol de villano, San Diego deberá concentrarse en mantener la compostura, aprovechando su ventaja en casa para seguir haciendo ruido en la serie. Si logran canalizar esa energía en su desempeño en el campo y evitar caer en la trampa de la confrontación, tendrán una gran oportunidad de tomar el control de la serie y seguir adelante en la postemporada. La clave será seguir jugando como el equipo unido que han demostrado ser a lo largo de la temporada.

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