Un legado imborrable en la franquicia
Este domingo, el Salón de la Fama de las Grandes Ligas abre sus puertas a cuatro nuevos miembros: Jim Leyland, Adrián Beltré, Joe Mauer y Todd Helton. Este último, un nombre que resuena con fuerza en la historia de los Rockies de Colorado, equipo al que dedicó la totalidad de sus 17 temporadas en las Grandes Ligas.
Si bien Larry Walker, primer jugador de los Rockies en entrar al Salón de la Fama, es considerado por muchos como el mejor que ha vestido la camiseta del equipo, Helton no se queda atrás. Su trayectoria como primera base de los Rockies lo posiciona como un ícono de la franquicia, una figura clave en los momentos más gloriosos del equipo, incluyendo su primera Serie Mundial en 2007.
Un bateador excepcional y un líder nato
A lo largo de su carrera, Helton acumuló números impresionantes: 369 jonrones, un título de bateo, tres Guantes de Oro, cuatro Bates de Plata y cinco convocatorias al Juego de Estrellas. Su consistencia y talento lo convirtieron en un referente para la organización y una pieza fundamental en el desarrollo de los Rockies.
Más allá de sus estadísticas, Helton se destacó por su liderazgo dentro y fuera del terreno. Su ética de trabajo, su espíritu deportivo y su compromiso con la comunidad lo convirtieron en una figura admirada por fanáticos y compañeros de equipo por igual.
Un legado que perdura
En 2013, Todd Helton se convirtió en el primer jugador en la historia de los Rockies en tener su número retirado. Un merecido homenaje a una carrera excepcional y un legado que perdura en el corazón de la franquicia y sus fanáticos.
